San Victorino, un emblemático y vibrante centro comercial
en Bogotá, ha sido testigo de la historia de la ciudad. Sin embargo, en los
últimos años, este sector ha vivido sumido en un clima de constante temor. La
inseguridad ha convertido a San Victorino en una zona de riesgo, donde
comerciantes y transeúntes se enfrentan a una ola interminable de delitos.
Hurtos, agresiones y hasta homicidios han hecho de este lugar un entorno
hostil, donde la vida cotidiana se ha transformado en una lucha por la supervivencia.
Desde hace más de siete años, un grupo delincuencial ha
sembrado el pánico en el sector. Los delincuentes, que atacan tanto a los
transeúntes como a los comerciantes, parecen no dar tregua. Según los
testimonios de los comerciantes, tras robar las pertenencias de sus víctimas,
los ladrones se dirigen a la carrera décima con avenida Jiménez, rumbo al
Parque de las Mariposas, donde se esconden entre la multitud para evitar ser
capturados.
Este clima de inseguridad está poniendo en grave peligro la
vida y el bienestar de quienes dependen de San Victorino para su sustento. El
sector, que históricamente ha sido un símbolo de pujanza y diversidad, se
encuentra al borde del colapso. La falta de control y las amenazas constantes
están destruyendo el tejido social y económico de la zona.
Es urgente que las autoridades distritales y locales tomen
medidas concretas para garantizar la seguridad de los comerciantes y de todos
aquellos que visitan San Victorino. Solo así se podrá recuperar el esplendor de
este histórico sector y devolverle la seguridad y prosperidad que alguna vez tuvo.
Esta noticia fue publicada gracias al apoyo de Barrios Vivos, de la Secretaría de Cultura


